¿Por qué la gente finge creer en Dios?

Ponte en la piel de los verdaderos creyentes, ellos creen en Dios y en todo su sistema de creencias, la moral. Le da sentido a la vida, propósito, esperanza y felicidad. Eso no quiere decir que agnóstico no pueda tener los mismos ideales.

Los humanos tienen un sesgo hacia que su propio sistema de creencias sea el “correcto”. Es difícil persuadir a la gente de lo contrario. Además, las personas de diferentes generaciones tienen diferentes sistemas de creencias basados ​​en la cultura, la educación y la vida en diferentes momentos.

Me criaron yendo a la iglesia todos los años, siendo un chico alterno, estando en el coro, yendo a una estricta escuela de niños. Desde entonces me he vuelto agnóstico.

Mis padres van a la iglesia católica todos los domingos, encuentran gran paz y alegría en Dios y la iglesia, es una gran parte de su comunidad. No predican, son tolerantes. Para el 99% de las personas, creer en Dios es algo bueno, siempre y cuando permanezca en los corazones y las mentes y no se use para la guerra, la segregación o la predicación. La religión siempre recibe un mal nombre para la pequeña minoría que se engaña, mantiene opiniones extremistas y usa la religión como arma de opresión y / o separación.

Mis padres rezan por mí. Hasta el día de hoy nunca he tenido el corazón de decirles que no creo, lo entenderían, pero es como decirle a un niño pequeño que Papá Noel no existe. ¿No fue mejor cuando creías en Papá Noel después de todo?

No pretendo que la mía sea la respuesta correcta, pero esto es lo que he entendido al mirar a las personas. La gente cree en Dios porque la idea de un Dios les da esperanza. Y eso es todo.

Dios existe porque la gente quiere que él exista. Él / Ella es simplemente el producto de una ilusión, ya que las personas siempre han tenido la costumbre de necesitar algo en lo que confiar.

No me malinterpretes. Sé que las personas trabajan duro para producir resultados, pero me parece particularmente estúpido que den crédito a alguna deidad imaginaria y no a ellos mismos. Necesitan trascender esta necesidad de una deidad y, más bien, tener fe en su propio trabajo. Y así es como la gente se vuelve atea.