Hay muchas personas que han hablado sobre el dolor y el placer y lo que aprendemos de ellos. No creo que haya una conclusión de 0/1 de que el dolor es el mejor maestro. Ambos tienen diferentes lecciones para enseñarte. Es muy subjetivo qué peso le das a cada lección.
Por ejemplo:
La felicidad enseña cómo manejar el éxito.
La tristeza enseña cómo salir del fracaso.
Cada uno importante a su manera.
Albert Einstein
Nunca he considerado la facilidad y la felicidad como fines en sí mismos ; esta base crítica la llamo el ideal de una pocilga. Los ideales que han iluminado mi camino, y una y otra vez me han dado un nuevo coraje para enfrentar la vida alegremente, han sido la bondad, la belleza y la verdad. Sin la sensación de parentesco con hombres de mentalidad similar, sin la ocupación con el mundo objetivo, lo eternamente inalcanzable en el campo del arte y los esfuerzos científicos, la vida me habría parecido vacía. Los objetos triviales de los esfuerzos humanos (posesiones, éxito externo, lujo) siempre me han parecido despreciables.
Swami Vivekananda
El objetivo de la humanidad es el conocimiento. Ese es el ideal que nos presenta la filosofía oriental. El placer no es la meta del hombre, sino el conocimiento. El placer y la felicidad llegan a su fin. Es un error suponer que el placer es el objetivo. La causa de todas las miserias que tenemos en el mundo es que los hombres piensan tontamente que el placer es el ideal por el cual luchar. Después de un tiempo, el hombre descubre que no es la felicidad, sino el conocimiento, hacia donde se dirige, y que tanto el placer como el dolor son grandes maestros, y que aprende tanto del mal como del bien . A medida que el placer y el dolor pasan ante su alma, tienen imágenes diferentes, y el resultado de estas impresiones combinadas es lo que se llama el “carácter” del hombre. Si tomas el carácter de cualquier hombre, en realidad no es más que el conjunto de tendencias, la suma total de la inclinación de su mente; encontrarás que la miseria y la felicidad son factores iguales en la formación de ese personaje. El bien y el mal tienen una participación equitativa en el carácter moldeador, y en algunos casos la miseria es un maestro mayor que la felicidad. Al estudiar los grandes personajes que el mundo ha producido, me atrevo a decir, en la gran mayoría de los casos, se descubriría que fue la miseria la que enseñó más que la felicidad, fue la pobreza la que enseñó más que la riqueza, fueron los golpes los que provocaron su fuego interior más que alabanza.