Victor Pelevin. Babilonia
“Señor, escucha mi súplica”, dijo en voz baja. ‘He pecado mucho
contra ti Vivo una mala vida, una mala. Pero en mi alma no hay
deseos abominables, cruzan mi corazón. Nunca volveré a comer nada de esa basura.
Yo … solo quiero ser feliz y no puedo lograrlo. Quizás es lo que
Yo merezco. No puedo hacer nada más que escribir eslóganes malos. Pero para ti
oh Señor, escribiré uno bueno, honestamente lo haré. Sabes, ellos posicionan
Te equivocadamente. No tienen idea. Tome ese último clip, donde
Están recolectando dinero para esa iglesia. Hay una anciana de pie
allí con una caja, y primero alguien conduciendo una vieja carpa pone un rublo
y luego alguien conduciendo un Mercedes cae en cien dólares. Las ideas
lo suficientemente claro, pero en términos de posicionamiento está muy alejado de la viga. El chico en el
Mercedes no esperaría en la cola de las carpas. Un caballo ciego podía verlo.
Y el grupo objetivo que necesitamos son todos esos tipos en su Mercedes, porque en
términos de rendimiento un Mercedes vale mil jalopies. Esa no es la forma
para hacerlo. Aquí …’
Manejando de alguna manera para trepar erguido, Tatarsky luchó hacia el
escritorio, cogió un bolígrafo y comenzó a escribir en un garabato desigual y araña:
Cartel (tema para un clip). Una habitación en un hotel muy caro. Carrara
mesa de mármol. Una computadora portátil muestra un mensaje: ‘Transacción
confirmado’. Cerca de la computadora, vea un billete de cien dólares enrollado y un
Biblia de la habitación de hotel en tres idiomas. Eslogan:
¡LA PALABRA BRILLANTE PARA TU MUNDO BRILLANTE!
Variante: otra configuración: un avión jet privado, una bolsa de valores, un
Ático de Manhattan, una finca de la Costa Azul, etc. En lugar de la Biblia vemos
el Salvador mismo acercándose a la cámara en los rayos de su gloria. Eslogan:
UN SEÑOR DE PRIMERA CLASE PARA SU LOTE FELIZ.
Tatarsky dejó caer el bolígrafo y levantó los ojos rojos y llenos de lágrimas.
techo. ¿Te gusta? ¿Señor?’ preguntó en voz baja.