Según la Asociación Americana de Terapia Hortícola, la terapia de horticultura crea jardines sin barreras, terapéuticos y que ayudan a las personas con discapacidades físicas o mentales a trabajar, aprender y relajarse mientras trabajan en el jardín. A menudo, las habilidades que se aprenden en un jardín de terapia se pueden llevar a casa con los participantes para que puedan continuar la terapia en sus propios espacios de vida.
La terapia hortícola tiene una larga historia. Fue utilizado después de la Primera Guerra Mundial en hospitales como parte del tratamiento para pacientes. También se usa en las cárceles donde los presos desarrollan técnicas de relajación y una sensación de logro al trabajar con plantas.
Se ha desarrollado como una práctica específica y se utiliza en todo el mundo.
Un ejemplo de terapia de horticultura sería camas de jardín elevadas para sillas de ruedas y caminos anchos en un hogar de ancianos o en un centro de vida diaria.