Hay muchas tentativas, y tal vez incluso exitosas, resoluciones (por ejemplo, en teoría de la acción, psicología, etc.), a estas paradojas, pero todavía son asuntos que enfrento en la vida diaria.
1. Paradojas de elección
Ejemplo: “… un hombre, tan hambriento como sediento, y colocado entre comida y bebida, necesariamente debe permanecer donde está y morir de hambre”. De Aristóteles en los cielos.
No hay ninguna razón para elegir una opción sobre otra si son de igual importancia, por lo que no se hace ninguna elección. ¿Cómo tomo decisiones cuando me falta información o cuando todo parece igual?
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2. Paradojas de Sorites.
Ejemplo: “Un grano de arena seguramente no es una pila. Tampoco son dos granos de arena una pila. Generalmente, agregar un grano de arena no forma una pila. Por lo tanto, debemos admitir que incluso 10,000 granos no hacen una pila” (Paradoja del montón)
no siempre está claro dónde se deben dibujar las líneas. Por ejemplo, salgo con mi paraguas a mi lado. Comienza a rociar, muy ligeramente, no lo suficiente como para que abra mi paraguas. Comienza a llover un poco más fuerte, pero aún no es suficiente. Sin embargo, ¿cuándo debo abrir mi paraguas? Cuando debería actuar en casos particulares no siempre está claro, y a veces me mojo mucho tratando de llegar a una resolución.