Lo peor de ser un ave nocturna es que tienes que luchar contra tus tendencias naturales para irte a la cama y dormir un poco. Cada día de trabajo me siento como ese niño que simplemente no quiere acostarse, pero lo hago de todos modos y estoy feliz una vez que estoy en él. El fin de semana también implica cierta disciplina, si no quieres perder la oportunidad de ver la luz del sol. Estoy celoso de mi marido, persona de la mañana, que no tiene problemas para acostarse a las 10 de la noche y tiene toda la energía a primera hora de la mañana.
La mejor parte de ser un ave nocturna es que nunca me quedaré dormido en una fiesta o en una cena. Si hay una emergencia laboral, es muy fácil para mí trabajar hasta tarde. Además, las personas de la mañana han expresado celos por mi capacidad para dormir. Muchas personas de la mañana se despiertan temprano independientemente de lo que sucedió la noche anterior. Los días de semana, duermo durante mi viaje en tren toda la mañana, lo que parece una forma bastante eficiente de usar ese tiempo.