La respuesta más común es que el alma vuelve a Dios. Una vez que el alma ha logrado la salvación, se fusiona con lo Divino y se convierte en lo Divino. Una sola gota (alma) se fusiona con el océano (Dios) y se convierte en el océano.
Esto puede explicarse con ayuda del fenómeno de la lluvia. Imagina que Dios es el vasto océano y un alma una sola gota.
Con el tiempo, varias gotas viajan lejos del océano y olvidan que son el océano en esencia. Estas gotas viajan a través del aire, las nubes, los vientos, la tierra y muchas otras cosas mientras se preguntan su existencia y propósito. Una vez que la gota se entera de su esencia como el océano y el propósito como agua, regresa al océano de donde vino, una vez que se cumple su propósito.
Del mismo modo, el alma ha olvidado que es Dios, y viaja a través de innumerables reinos hasta que se da cuenta de este hecho. Una vez que el alma se da cuenta de que es parte de Dios y que el propósito del alma es darse cuenta de lo mismo, el alma regresa a la fuente de donde vino.
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Todas las religiones principales dicen que Dios está dentro de ti. Uno no necesita viajar por los siete mares para encontrar a Dios, cuando se lo puede encontrar dentro del individuo.
La paz sea con vosotros.
Diviértete explorando tu divinidad.