Siento que no soy digno de la mayoría de las cosas que poseo.
Claro, trabajé duro en la escuela secundaria para ingresar a una universidad de gran prestigio (Baylor), pero puedo afirmar que no habría estado cerca de lograr esa hazaña sin el apoyo que me dieron mis amigos y familiares. Puedo recordar numerosas veces en las que tuve que convencerme de hacer algo que fuera lo mejor para mí. Entonces, cuando recibo una recompensa por mi arduo trabajo, siempre me siento un poco culpable por dentro, porque sé que no podría haberlo hecho solo.
Es fácil pensar que su éxito radica en su capacidad para hacerse responsable. Sin embargo, no se puede argumentar que hay otras cosas en la vida que también afectan su voluntad de tener éxito. Siempre que pienso en mis circunstancias, pienso en cómo siempre tuve un techo sobre mi cabeza, acceso ilimitado a la comida y un Bonito lugar tranquilo para trabajar. ¿Llegué a donde esas cosas eran parte de mi vida? ¡No! Esas cosas me fueron dadas gentilmente por la generosidad de mis padres. Además, no puedo atribuir mi gran vida social a nada más que a la oportunidad que me brindaron mis padres, quienes tuvieron la amabilidad de ponerme en una pequeña escuela privada que me enseñó a ser amigable y respetuoso.
Todas estas cosas maravillosas me sucedieron sin mi opinión. No sería el caballero hoy si creciera de otra manera.
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Como no soy digno de esta maravillosa vida que vivo, lo único que puedo hacer es agradecer las cosas que me dieron.