Por el despertar espiritual somos reinstalados en nuestra posición constitucional original de la nave servidora del Señor. Y esa es la única forma en que podemos ser felices, pacíficos y llenos de conocimiento.
Somos el alma espiritual. Pero debido al contacto con el cuerpo material (el cuerpo está formado por 5 elementos brutos), creemos que somos un cuerpo. Una vez que la conciencia revive (por el despertar espiritual) y comprendemos que somos un alma espiritual eterna, que es una parte integral de la cabeza de la Suprema Personalidad de Dios, y actuamos en consecuencia, entonces hay paz y éxito. Sucede así, porque es nuestra posición constitucional y el alma está llena de conocimiento, eternidad y dicha. Una vez que el alma se restablece en su posición constitucional original, siente toda bondad. Los peces sin agua nunca son felices como nunca somos felices en la conciencia material, una vez en el agua, los peces son muy vivos, por lo que una vez que estamos conectados con el Ser Supremo nos sentimos vivos, felices y en paz.