La meditación no tiene nada que ver con los pensamientos. Los pensamientos caen como un subproducto. La meditación es estar totalmente relajado en cada momento. Si te dedicas a los pensamientos, no estás haciendo meditación. Solo estás tropezando solo soñando.
La meditación trabaja con silencios. Los silencios entre los pensamientos. Los espacios entre las palabras. La meditación es hacer esos silencios cada vez más. Más y más cristalizado. Tan cristalizado que cuando quieras usarlo puedes usarlo. Cuando quiera aplicarlo, puede hacerlo. A partir de ahora no sabes cómo silenciarte. Cierra los ojos por un minuto y mira si puedes permanecer en silencio durante todo el minuto. Lo sabrás. En segundos hablarás. Cada expresión de palabras perturba el silencio. Máximo de 4 a 5 segundos estarás en silencio. Si sigues haciendo que estos segundos crezcan, estás meditando. Cuanto más silencio, menos pensamientos. Cuanto menos los pensamientos, lo simple se convierte en vida.