¿Buda ordenó monjes?

Aquellos de nosotros que aceptamos la ordenación budista, ya sea como monásticos o laicos, no adoramos al Buda. Sí, el Buda ordenó a los monjes, y estableció el sistema u ordenación que todavía se usa hoy en día.

En la ceremonia de ordenación, prometemos vivir el Camino del Despertar nosotros mismos, hacer lo que hizo Buda, no adorarlo a él ni a nadie más.

En la ceremonia, la palabra namo se usa para nuestra relación con el Buda (El Despierto). Namo se puede traducir como “hacerse uno con” o “refugiarse en”. No significa adoración. También prometemos namo en relación con el Dharma (The Way of Awakening) y la Sangha (La comunidad de personas que buscan despertar).

Nos unimos a una comunidad como miembros inherentemente iguales. Por supuesto, aquellos que han estado haciendo el trabajo por más tiempo pueden ayudar a los principiantes, como en cualquier organización. Pero no hay adoración involucrada.

Cada vez que un budista se inclina ante otra persona, es como ofrecer una flor como regalo, “una flor para ti, Buda para ser”. El Buda histórico es una persona entre muchas personas. Todos están intrínsecamente despiertos; estamos aprendiendo a entender lo que significa estar despierto y actuar como si estuviéramos despiertos. No hay adoración del Buda histórico involucrado.

El maestro zen vietnamita y el monje erudito de Therevadan se inclinan ante todos nosotros, porque Buda está en todos nosotros, esperando a salir. Si el Buda es una flor de loto, entonces cada persona es un brote de loto.

El Buda

Tu, yo y todos

Sí, el Buda ordenó monjes (y monjas).

Cuando comenzó a enseñar, ordenó simplemente diciendo “¡Ven, monje!” Pero pronto delegó el poder de la ordenación en la comunidad, para que realizaran la ordenación de forma independiente. Se estableció un procedimiento para garantizar la idoneidad del solicitante y para asegurarse de que los nuevos monjes recibieran el apoyo y la educación adecuados.

Ser ordenado como un Bhikkhu significa establecer una dedicación estable al camino hacia el despertar.

Si practica sin votos, es fácil olvidar, de vez en cuando, que usted es un profesional y debe actuar como un profesional. Eso lleva a errores y problemas, porque nuestros viejos hábitos maduros son fuertes.

Pero cuando hicimos votos es fácil recordar las pautas en nuestro camino.

Ese es el significado de los votos en el budismo: no son para adorar, sino para una atención estable a nuestras profundas intenciones.