Jesús no regresará en forma física.
Pero la conciencia de Cristo está renaciendo a través de muchas almas individuales que ahora están listas para salir de la dualidad.
La dualidad es la conciencia de percibir el mundo a través de la lente de lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, o la luz y la oscuridad.
La conciencia de Cristo reconoce la unidad detrás de todo. Si alguien percibe el mundo a través de la conciencia de Cristo, ven que el bien y el mal son opuestos de la misma energía: fuente o Dios. No hay mal contra quien luchar porque el mal es parte de Dios tanto como lo es el bien.
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Jesús representaba la conciencia de Cristo. Él vino no para mostrarnos que era especial o para ser adorado, sino para mostrarnos que cualquiera puede darse cuenta de la energía de Cristo dentro de sí mismos. Esta perspectiva está disponible para cualquiera que la elija.
Podemos llegar a ser como Cristo cuando nos liberamos de la ilusión de lo correcto y lo incorrecto. Jesús enseñó el amor incondicional, lo que significa amar y aceptar todas las cosas que llamamos “malas” o “malas” en el mundo, especialmente aquellas cosas que vemos como malas dentro de nosotros mismos.
Eso es lo que está naciendo de nuevo en la tierra en este momento y el verdadero “regreso” de Jesús que muchos han predicho.
Es el retorno de la conciencia de Cristo dentro de nosotros mismos.