¿Cómo se trata la despersonalización aterradora de la meditación?

La despersonalización no es aterradora. ¿Te asusta cuando sale el sol por la mañana? ¿Te asusta cuando te levantas del sueño de tus sueños? Es todo lo contrario. La incapacidad de comprender nuestra verdadera personalidad es la causa de todos nuestros miedos. Cuando estás despersonalizado realmente te sientes aliviado.

La conversión no ocurre de la nada. Primero su mente aprenderá a enfocarse en un solo pensamiento. Entonces desarrollará un intenso deseo de comprender quién es realmente el testigo detrás de sus pensamientos. Entonces en algún momento te das cuenta. La primera comprensión es que ” el mundo entero es la capa superficial de tu mente”. El conocimiento previo no es suficiente, pero se requiere visualización.

La realización no se detiene allí. Ahora seguirás descubriendo los hechos de la realidad y si eres diligente llegarás al límite de la sabiduría humana. La vida y la muerte son solo ideas humanas. Una persona realizada no necesita esos conceptos. Si uno ha resuelto el “problema difícil de la conciencia”, entonces se ha dado cuenta.

La despersonalización es el quid de toda meditación. La personalidad, la persona, la máscara y la identificación con ella, es la causa de todo sufrimiento. Diego, la persona acumulada, es un obstáculo para todo conocimiento. Entonces, el susto y el dolor al quitarse la máscara es muy real, y la cirugía es el trabajo esencial de la meditación. En la despersonalización serás sacudido hasta tus raíces. Todo el edificio conocido como el EGO, el espectáculo, la extravagancia se derrumba como un paquete de cartas. Pero solo al experimentar este dolor, uno se da cuenta de la inmensa libertad y dicha a las que nos lleva la meditación. La meditación es un renacimiento. Uno llega a nacer dos veces. Esta despersonalización es un dolor aterrador, pero finalmente, una inmensa libertad de todo sufrimiento.

Usa tu cuerpo (trabaja en el jardín, corta leña, pinta tu casa, etc.) y busca la compañía de amigos.

Una vez que el miedo ha disminuido, reinicie la meditación, pero no por mucho tiempo y con poca frecuencia. Vuelva a construir a partir de ahí y solicite orientación a su maestro.