Si está preguntando acerca de sus propias experiencias, es difícil decirlo. Es de ellos, no de nosotros. Pero por lo que entiendo de mi largo período sentado con Osho, y mi lectura y visualización de él y Krishnamurti, sus experiencias son idénticas.
En otras palabras, la experiencia de la iluminación, de la iluminación, es la misma donde sea que la encuentres. Es solo que la expresión de esa experiencia es diferente, y seguramente lo será, ya que cada ser humano aporta algo único al mundo.
Pero si se pregunta cómo los experimentaríamos, entonces es una pregunta diferente. Si bien ambos desconfían de la religión tradicional y, por lo tanto, han puesto mucha energía en desacreditarla, aparte de eso, sus enfoques son polos opuestos.
Krishnamurti es simple y de una sola pista. Es cerebral, intelectual. Viene de su comprensión única con su perspectiva única y nos ruega que escuchemos e investiguemos profundamente. Su enfoque está más cerca de la forma socrática de cuestionar y responder. Provoca nuevas vías de pensamiento haciendo preguntas difíciles. No tiene miedo de recorrer una y otra vez el mismo terreno pinchando y cavando más y más.
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El camino de Osho es otro, excepto el de Krishnamurti. Osho tiene múltiples pistas. Nunca invita a sesiones de preguntas y respuestas. Él no entra por mucha provocación intelectual y provocación. Su enfoque es de absorción: de absorber su energía y su inteligencia a través de sus palabras y la misteriosa “brecha entre sus palabras”, que notarías en el ritmo extremadamente lento de la mayoría de sus conversaciones.
Su camino es el discurso. El hablaría. Sin fin. Sobre absolutamente todo. Utiliza como puntos saltos textos sagrados de todas las religiones, así como preguntas únicas de las personas que se sientan frente a él. No tiene menos miedo de discutir el significado más puro de los Vedas o los puntos del Nuevo Testamento, ya que debe comentar sobre las políticas absurdas de los hombres actuales en el poder o decir una broma sucia. Osho abraza al mundo entero en su abigarrada estupidez y lo pone todo bajo su vasto paraguas de conciencia.
Su manera ha sido dirigirse a todas las mentes y corazones del planeta dispuestos a escucharlo. No se limita a sí mismo.
Por esa razón, y con ese fin, sus meditaciones son numerosas, diferentes y variadas. Mientras que Krishnamurti solo tiene un método básico para comunicarse con usted y, con suerte, ayudarlo a comprender, Osho tiene puntajes. Y debido a que comprende profundamente el dilema humano y las miserias de la mente moderna, ha diseñado meditaciones específicamente para abordar sus problemas.
Espero que esto ayude…