Si no hay continuidad del alma en el budismo, ¿cómo se logra el Nirvana? ¿Las personas solo tienen una oportunidad?

El nirvana es, en mi tradición, lo opuesto a Samsara, que es una vida dualista libre de sufrimiento, que no debe confundirse con la iluminación. El “yo” como piensas en “mí” es un conjunto de formas, sentimientos, percepciones, disposición y conciencia. Este yo es siempre cambiante e impermanente y no tiene un origen independiente, así es como se llega al concepto de vacío. Esta es una disolución del yo, no del alma. Alma rara vez es un término utilizado en el budismo tibetano. Como la esencia de cualquier ser sensible es la naturaleza búdica, superar los aspectos negativos de los agregados, como las emociones negativas, el pensamiento habitual y otros oscurecimientos de esta “esencia”, le permite brillar. Entonces, si superamos todo esto, ¿qué queda? – Potencial. La esencia de la naturaleza búdica es potencial y es la influencia de las impresiones kármicas que mantienen este potencial encerrado en un ciclo de nacimiento, enfermedad, vejez y muerte. Entonces, hay una continuidad de potencial pero no es como si el “usted” dualista tuviera algún grado de continuidad duradera. La iluminación completa ocurre cuando se niega todo el karma y no hay influencia en la naturaleza búdica del potencial infinito.

En el budismo, se considera que el alma no es inmutable, pero puede reencarnar cientos de miles de veces.

Alcanzarás el nirvana cuando hayas soltado todos tus apegos.