Dos aforismos pueden ser relevantes aquí:
- El ateísmo es la sombra o el lado oscuro de la percepción más elevada de Dios. Cada fórmula que enmarcamos acerca de Dios, aunque siempre es verdadera como símbolo, se vuelve falsa cuando la aceptamos como una fórmula suficiente. Los ateos y agnósticos vienen a recordarnos nuestro error.
- El ateo es Dios jugando a las escondidas consigo mismo; pero ¿es el teísta otro? Bueno, tal vez; porque ha visto la sombra de Dios y se aferró a ella.
Así, el ateísmo, como cualquier otro ideal o sistema de creencias, juega su papel en la evolución de una raza. Existe porque es necesario.
A veces se necesitan los golpes más feroces para separar el error y la ignorancia de la verdad y el conocimiento. Es solo que se debe tener cuidado al hacerlo:
La verdad y el error viven siempre juntos en la evolución humana y la verdad no debe ser rechazada debido a los errores que la acompañan, aunque estos deben ser eliminados, a menudo un asunto difícil y, si se hace de manera cruda, lo que resulta en daños quirúrgicos infligidos en el cuerpo de religión; porque lo que vemos como error es con frecuencia el símbolo o un disfraz o una corrupción o malformación de una verdad que se pierde en la radical radicalidad de la operación, la verdad se corta junto con el error.
Fuente : Sri Aurobindo, Life Divine