¿Qué hace una persona cuando deja de pensar menos en la vida y más en la muerte?

Depende del contexto.
Si eres un patólogo o un funerario o un empresario de pompas fúnebres, y piensas en la muerte de una manera respetuosa y realista, entonces no hay problema.
La muerte es algo que nos llega a todos personalmente en algún momento u otro.
Un ser querido muere, alguien muere en un accidente que presencias o tú mismo mueres.
Es perfectamente normal pensar en la muerte en momentos en que la muerte nos toca de una forma u otra, y en ciertos momentos importantes de nuestra vida. Es natural hacerlo.
Sin embargo, si está pensando en la muerte en términos de una forma de escapar de su realidad actual, donde la situación en la que se encuentra parece insoluble, y no puede ver una forma de salir, entonces no es una buena opción, porque estás viendo la muerte como una opción de cómo te sientes ahora, sin saber cómo te sentirías en el futuro: te estás desconectando de todas esas posibilidades que no puedes ver en este momento.
Entonces, si esta es la forma en que va su pensamiento, necesita obtener algo de contexto. Hable con alguien: vaya a un médico, si esa es la única persona que puede pensar, y pregunte qué ayuda hay. Busque en Internet organizaciones benéficas que ayuden a las personas a sentirse como usted. Comience a aceptar cómo se siente y puede comenzar a ver qué cosas en su vida (o biología) podrían estar desencadenando esto. Un pequeño paso a la vez, algunos retroceden, unos pocos pasos más y, en algún momento, todas esas posibilidades comenzarán a aparecer lentamente, una a la vez, como las estrellas que aparecen en el cielo nocturno.