Como budista practicante, he aprendido que la iluminación no es un objeto que tengas para siempre una vez que lo alcances. Es un estado mental con conocimiento, sabiduría y compasión infinita. Cuando podemos ver las fuerzas latentes y manifiestas de la vida, que se manifiestan como el entorno visible y latentes son las fuerzas intangibles (karma), y utilizamos nuestra compasión y sabiduría para canalizarlas positivamente, estamos iluminados. El estado mental de Buda, una mente iluminada, es uno que puede arrojar el concepto de “yo” en la forma humana tangible que conocemos y entendemos que es solo una extensión de la energía (si se quiere) que es este cosmos. Somos una manifestación de la energía que impulsa el universo y ahí es donde terminaremos una vez que eliminemos esta forma para prepararnos para otra forma. La iluminación consiste en apreciar la eternidad de la vida, más allá de nuestra existencia actual, y que solo nuestras acciones viajan con nosotros de una forma de vida a otra.
Es alentador ver que quieres que tus hijos sean seres iluminados. Enséñeles compasión, enséñeles empatía, enséñeles cómo mirar el mundo más allá de su propia existencia momentánea actual. Enséñeles a comprender lo que son: ¿son sus extremidades? su cara? sus órganos? su cerebro? Son la culminación de todo esto y más. Son la energía que hace funcionar su forma física: su corazón late, sus manos escriben, su cerebro piensa. Enséñeles a apreciar esta energía que son y su eternidad (que nunca se destruye). Una vez que son capaces de separar las perturbaciones materiales a su alrededor de su modo predeterminado de ser pacífico, se iluminan en el momento. No es necesario llevarlos a la cima de una montaña o en medio de un bosque para alcanzar la iluminación. Solo necesita ayudarlos a entrenarse para estar en paz y en calma, sin importar lo que pase a su alrededor. Entrénelos para entrenar sus emociones primarias de ira y avaricia. Entrénelos para que no pierdan la cabeza cuando su juguete se rompa. Entrénelos para que no se apeguen a las cosas sino a su calma mental. Entrénelos a luchar para mantener esa calma mental independientemente de lo que ocurra en su entorno. Capacítelos para que sean conscientes de sus acciones mentales y físicas y las implicaciones que tienen. Ellos mismos estarán en su camino de discípulo e iluminación final (que por supuesto, tendrán que luchar para mantener).
Solo mis 2 centavos basados en lo que he estudiado durante estos años.