Usted no dice de dónde provienen las ideas, por lo que responderé bajo el supuesto de que las personas creativas son las creadoras de las ideas.
La mayoría de las personas que tienen muchas ideas hacen una evaluación rápida de las posibilidades de que la idea se convierta en realidad. Digamos que tengo una idea sobre infectar a la mafia ISIS con el Ébola.
Primero, ¿debo evaluar cuántos combatientes debemos infectar para que sea una epidemia localizada?
Entonces debo mirar los problemas si la primera idea es exitosa. ¿Infectará a demasiadas personas que no son ISIS? Quién (y cuántas) personas serán necesarias para llevar la enfermedad al ISIS. Serán “infectadores de suicidio”, entonces, ¿de dónde vendrán? El momento es importante, entonces, ¿cómo llegarán estos infectores a la mafia de ISIS, mientras que los “infectores” son contagiosos?
Entonces, después de toda esta evaluación, debo probar mi idea con otros. ¿Lo financiarán? ¿Reclutarán o serán voluntarios para convertirse en “infectores”?
A medida que paso por estos pasos de evaluación, la idea comienza a parecer plausible o NO. Si no, entonces puedo descartar la idea, o escribirla para revisarla en una fecha posterior para más evaluación.
Este proceso básico se utiliza en cualquier idea, particularmente si la idea se convertirá en un negocio.