Lo siento, no entiendo mi mente o cerebro completamente. Todo lo que hago está mediado por esta cosa que no entiendo completamente.
No entiendo completamente la causalidad en mi vida.
De hecho, hay muchas personas y cosas con las que interactúo todos los días que no entiendo completamente.
Tampoco entiendo completamente a Dios.
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Sin embargo, toda esta falta de comprensión nunca debería eclipsar dos hechos clave:
- Lo que puedo y entiendo. Es decir, el vaso está medio lleno o al menos no está vacío en esta pregunta.
- Lo que hago y puedo inferir de lo que entiendo.
- Mi eternidad y la eternidad de las personas más cercanas a mí pueden estar en la balanza. Esa es la pregunta que es potencialmente infinitamente importante para mi vida y para quienes me rodean.
- Y cada vez agregaría un cuarto, sobre los límites fundamentales de una comprensión naturalista que solo busca soluciones científicas. Hay una gran cantidad de estos en términos de encontrar respuestas a las preguntas más profundas e importantes. La ciencia no entiende completamente la psicología, la historia o la filosofía. Sin mencionar que los problemas de significado y propósito no son intrínsecos a los datos. Siempre estamos inferiendo. Nuestras respuestas siempre tienen un sabor subjetivo. Pero eso no los hace menos importantes … la gente toma decisiones subjetivas todo el tiempo sobre temas importantes. Votación, carrera, casa, automóvil, amigos, qué lealtades tener, con quién salir, con quién casarse y con quién gastar tiempo, dinero y recursos. Pero, utilizamos una combinación de datos objetivos y subjetivos (datos autoinformados, sentimientos, corazonadas) … e inferencias basadas en esos, conectando patrones cuando sea necesario.
- Y si la economía del comportamiento nos ha enseñado algo … es que nuestra decisión es racional y emocional. Los aspectos emocionales son parte de quiénes somos como individuos, miembros de grupos, que tenemos historias y experiencias. Esos son una parte intrínseca de quienes somos. Intentar suprimir nuestras partes emocionales es una tontería. De hecho, el trabajo sobre inteligencia emocional dice que debemos aprender a comprender nuestras emociones, no reprimirlas. De hecho, aquellos que abrazan sus inteligencias emocionales son a menudo más “exitosos” que aquellos que están impulsados por el coeficiente intelectual. Eso es comprender nuestras complejas vidas emocionales y tener un espíritu generoso puede ayudarnos no solo a ser mejores personas sino también a vivir vidas más exitosas.
- Y, sin embargo, una versión de la historia de la Ilustración nos dice que solo hay una historia que importa: la historia objetiva (no es la Ilustración británica más que la Ilustración estadounidense, una distinción que se pierde en la mayoría de los escépticos por cierto). Pero casi nada de lo que hacemos en la vida es objetivo. Vivimos nuestras vidas a través de ojos y experiencias subjetivas. Nuestra identidad implica nuestra comprensión del mundo. Solo al comprender adecuadamente la necesidad de abrir nuestros corazones a la sabiduría de Jesús a través del servicio, la compasión y el perdón, tenemos la esperanza de romper nuestras naturalezas subjetivas. Esa es nuestra mejor apuesta para romper las barreras subjetivas pasadas, es un mejor marco subjetivo, no tratar de borrar la subjetividad de nuestras vidas. Porque la subjetividad es lo que somos. No podemos borrar nuestras subjetividades excepto al extraer el corazón de quienes somos.