Hay otro factor en la estructura del pensamiento de alguien. Si considera la jerarquía de necesidades de Maslow, verá que la necesidad de seguridad se antepone a las necesidades sociales. Sin embargo, no hay un comportamiento establecido al que esto se traduzca: está parcialmente definido por las experiencias de una persona.
Muchas de las necesidades más altas (moralidad, resolución de problemas, falta de prejuicios, aceptación de hechos) pueden ser extensiones de la necesidad de seguridad cuando una persona experimenta suficiente caos.
La necesidad de seguridad motiva un comportamiento variable según el entorno. Un miembro de una tribu que puede encontrar fácilmente comida en los árboles al principio puede tener una necesidad de seguridad alimentaria que se satisface al saber dónde están los árboles. Sin embargo, si esa fuente de alimentos se agota, no solo puede buscar una nueva, sino que también generalizará a partir de la experiencia y buscará formas de evitar agotar la nueva fuente.
Del mismo modo, una persona amenazada por otras personas puede desarrollar una fuerte red de creencias con respecto a la moral. Una persona amenazada por la naturaleza desarrollará una fuerte necesidad de comprender su entorno. etc.
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Esto puede determinar cuánta atención presta una persona a los detalles de cómo funcionan las cosas y al mundo natural en general en lugar de solo prestar atención al comportamiento de otras personas. Sin embargo, la mayor diferencia es cuando una persona deja de razonar internamente en metáforas vagas, que a pesar de ser efectivas para persuadir a otros, son malas para generalizar el conocimiento funcional preciso de las experiencias.
Cuando esto sucede, todo el conocimiento y las experiencias de una persona comienzan a encajar como piezas de un rompecabezas y la persona tiene intuiciones más útiles generadas a partir de un conjunto de conocimiento armonioso que no se puede percibir conscientemente de una vez y, sin embargo, inconscientemente aún impulsa el comportamiento y el pensamiento.