La “presencia” es cuando prestas atención a las experiencias directas, como sensaciones, vistas, sentimientos, en lugar de prestar atención a los pensamientos, fantasías, opiniones e interpretaciones. Tiene un efecto calmante natural y ayuda a navegar la vida diaria con gracia, actuando de manera apropiada para el momento. Ayuda a vivir una vida simple, libre de drama, confusión, etc.
Podemos aprender patrones de comportamiento observando a otras personas, así que cuando vemos a alguien que está mayormente presente (o, más bien, mayormente ausente del mundo de los pensamientos) obtenemos pistas útiles sobre cómo lograr lo mismo. Sin embargo, cuando estamos solos, nuestras viejas tendencias de pensamiento adictivo pueden hacerse cargo, y nos perdemos en pensamientos y creencias nuevamente.
Es así de simple, en realidad. Solo verifique: ¿dónde está enfocada su atención en este momento? ¿Es la experiencia real o un pensamiento? Sugerencia: cuando se enfoca en un pensamiento, nuestros ojos y oídos a menudo se sienten como si estuvieran mirando algo que se encuentra en un espacio invisible en algún lugar dentro / delante de / sobre nuestra cabeza. Esa es una buena pista de que no estás “presente” en la realidad en este momento. Estás soñando con los ojos bien abiertos.